Proseguimos con el comentario de la carta de 18 de marzo de 1937 y que iba dirigida a su tío “Polín”. Dice Rafael que se siente muy poca cosa, tanto que cree que su vida a nadie le puede interesar, es más entra en la Trapa precisamente para ocultarse del mundo y allí, pedir por el mundo. El Hno. Rafael nos habla de un camino de renuncia a lo que se había propuesto para que se hiciese la Voluntad de Dios, y todo eso, la soledad, la enfermedad, la cruz, es necesario para amar a los hombres como son y no como él quisiera que fueran. Ahora vive en la paz de saberse amado en sus circunstancias, a pesar de sus miserias, y sobre todo en y por sus miserias, por tanto no despreciemos las cruces que tengamos, y pensemos como S. Juan de la Cruz “No busquemos la resurrección sin pasar antes por la muerte en la cruz”.
De nuevo, como en otras cartas, vuelve a hablar de la Virgen como intercesora en todo cuando es bueno y santo lo que le pedimos.
La oración con la terminamos hoy el programa tiene por título “He pasado un día feliz”.