Los últimos años nos han mostrado cómo la tecnología puede acercarnos a nuestros seres queridos, clientes, empleados y socios de negocio; se ha agilizado nuestra comunicación, forma de operar, de compartir información y de entregar productos y servicios.
La velocidad, la conveniencia, la escalabilidad y la conexión a la distancia son beneficios indiscutibles de los cuales es ya difícil prescindir. Es por esta razón que la digitalización parece formar una parte integral en la estrategia actual de los negocios, así como un elemento vital para la supervivencia.
Sin embargo, la tecnología también representa amenazas que deben ser gestionadas de forma estratégica para que su funcionamiento y la entrega de valor al cliente sean óptimas.